Antes de hacerse un tatuaje, se debe tener muy en cuenta que es difícil borrarlo de la piel. Esto hace que sea fundamental tomar precauciones específicas para mantenerlo en buen estado. Desde este artículo se ofrecerán algunas orientaciones profesionales sobre cómo debe mantenerse el dibujo que le acompañará toda la vida.
Los tatuajes se crean introduciendo tinta o pigmento con una aguja en la dermis, una capa intermedia de la piel lo cual los hace durar eternamente el dibujo. Los dermatólogos lo describen así. Y si se quedan para siempre, es fundamental conocer las medidas que deben tomarse antes de hacer la elección, así como la forma de cuidarlo.
Por fortuna, existen portales como https://tatuajes.wiki/ideas-para-tatuajes/, que proporcionan todo tipo de ideas, consejos y un enorme, pero muy enorme muestrario de tatuajes por temas como: naturaleza, frikis, militares, de libros y de letras.
El tatuador
Además de poseer los permisos necesarios, es cardinal elegir a la persona adecuada, conocer las normas de la autoridad sanitaria y asegurarse de que se cumplen en el lugar.
El artista del tatuaje también se debe poner guantes y utilizar las herramientas desinfectadas adecuadas, como agujas desechables, tintas aprobadas y materiales sellados, antes de empezar.
Estar seguro
La tecnología para eliminar un tatuaje está avanzando, pero sigue siendo un proceso difícil. Por ello, la elección de hacerse un tatuaje es una decisión que debe considerarse cuidadosamente y hacerse siempre de forma sobria y consciente.
También es vital tener en cuenta que el tatuaje puede cambiar con el tiempo debido a los cambios de peso, así como el propio paso de los años. Para elegir un diseño que brinde la seguridad de no eliminarlo con los años, hay que consultar https://tatuajes.wiki/partes-del-cuerpo/, donde se pueden ver diversos dibujos para todas las partes del cuerpo y cuáles son los más indicados para cada caso.
Preparar la piel
Tanto dermatólogos como tatuadores recomiendan que la persona que va a tatuarse debe, en primer lugar, no tener infecciones en el lugar que se va a tatuar. Tampoco debe ocultar lesiones pigmentadas (lunares) que necesiten cuidados y no debe presentar cicatrices atípicas como queloides.
Es decir, la piel debe estar en buen estado de salud, libre de enfermedades y es vital obtener asesoramiento médico antes de tatuarse si la persona tiene propensión a desarrollar queloides. La piel debe estar sana o en buen estado, es decir, no debe haberse bronceado ni rasurado recientemente.
Tras el tatuaje
Tras el tatuaje, la piel debe mantenerse limpia y cuidarse con cariño. Se deben utilizar las cremas reparadoras adecuadas y, evitar el sol durante varias semanas ayudará al proceso de curación. Para disminuir la posibilidad de una infección es importante no quitarse las costras.
No es mala idea contar con pomadas antibióticas con antiinflamatorios adecuados para prevenir cualquier posible consecuencia negativa.
A largo plazo, el tatuaje tampoco debe exponerse al sol durante largos periodos de tiempo, ya que la luz ultravioleta disuelve y expande la tinta, haciendo que el tatuaje pierda claridad.
¿Cómo elegir un buen tatuaje?
Pensar a largo plazo
Se debe considerar un diseño atemporal al elegir un tatuaje. Este es uno de los mejores consejos. Algo que pueda soportar los cambios en tu propio estilo de vida, no solo algo que nunca pase de moda.
El precio y tamaño
Cuánto se está dispuesto a gastar en un tatuaje es más importante que la mera elección del mismo. Esta es una de las consideraciones más relevantes a la hora de elegir el tatuaje ideal, ya que uno grande con múltiples tintas requiere más sesiones y, por lo tanto, costará más dinero.
Técnica y tintas
Hoy en día existen tatuajes veganos, brillantes, monocromáticos y una amplia gama de posibilidades. Se deben elegir tintas que se adapten al color de tu piel y produzcan un contraste que llame la atención sobre tu tatuaje.
Se deben considerar todas las opciones y buscar artistas del tatuaje con experiencia en la materia. La mayoría de ellos suelen centrarse en un estilo de tatuaje concreto, como la escritura, la pintura o los tatuajes pequeños, entre otros.