Culture Tattoo

El seguro para tatuadores no sólo es obligatorio, sino que además garantiza una forma de ejercer esta profesión y trabajar de manera mucho más relajada y segura, cubriendo cualquier complicación derivada del ejercicio de su profesión

Hay trabajos que, por su naturaleza, están más expuestos a recibir reclamaciones por parte de los clientes y usuarios. Los médicos, por ejemplo, deben protegerse para poder hacer frente a indemnizaciones cuando se demuestra que hubo algún tipo de error o negligencia al llevar a cabo una de sus actuaciones.

En la actualidad, los tatuajes son algo habitual, la moda de pimentar la piel que parece que ha llegado para quedarse. Por este motivo, no es extraño encontrar uno o varios centros dedicados al tatuaje en cualquier ciudad. No obstante, para que la práctica de este trabajo sea segura, los profesionales deben cubrirse las espaldas con una buena póliza.

Seguro de responsabilidad civil para tatuadores

Los centros especializados en tatuajes y perforaciones están expuestos a importantes reclamaciones por daños y perjuicios por parte de sus clientes. Si no se cuenta con un buen seguro de responsabilidad civil profesional, se puede poner en peligro el patrimonio de la empresa y de los administradores de la misma.

Sin embargo, contratando un seguro para tatuadores especializado para el ejercicio concreto de esta profesión, con una póliza diseñada especialmente para este tipo de establecimientos, se estará completamente protegido contra las incidencias que puedan surgir.

Este tipo de contratos van dirigidos a personas físicas y jurídicas especializadas en tatuajes, anillados, piercing, así como a aquellos profesionales que ejercen de esteticistas.

Cuáles son los riesgos más habituales en un centro de tatuajes

Los seguros para empresas o autónomos están pensados para cubrir específicamente los riesgos más habituales en el ejercicio de cada profesión. En el caso de los centros de tatuajes, estos son los más habituales a los que se ven expuestos y que quedan cubiertos con una buena póliza.

Infección por un tatuaje

Las pigmentaciones permanentes del cuerpo en general, conocidas como tatuajes, son a cada día que pasa más sofisticadas y se llevan a cabo en todas las partes del cuerpo, incluso existe el cambio de color de ojos, conocido como quetaropigmentación.

Aunque hay una normativa sanitaria específica que deben cumplir los centros y profesionales que se dedican a este trabajo, además de pasar controles periódicos para las prácticas de tatuajes, micropigmentaciones y piercing, en ocasiones se dan problemas dérmicos y oculares en los pacientes.

Las principales consecuencias adversas son las infecciones, tipo herpes, hepatitis, sífilis e incluso sida. Asimismo, otras enfermedades relacionadas con los tatuajes son las alergias al pigmento y diferentes alteraciones que varían según la zona donde se haya llevado a cabo.

En cualquier caso, los consumidores que padecen cualquiera de estas reacciones adversas tienen derecho a reclamar responsabilidad civil del centro frente a estas actuaciones, así como en caso de negligencia, por daños y perjuicios.

Quemadura

Otra de las reclamaciones más frecuentes que se producen en los centros de tatuajes es por quemadura, en este caso cuando se está llevando a cabo la eliminación de un tatuaje. Al igual que en el caso anterior, el afectado puede reclamar al establecimiento o profesional por daños y perjuicios.

Anillado o piercing

Tal y como sucede en el caso de los tatuajes, también es frecuente sufrir de infecciones cuando se lleva a cabo un anillado o piercing, en ocasiones por el mal tratamiento de los utensilios. Los centros donde se llevan a cabo estos servicios deben contar con una póliza que les cubra frente a las reclamaciones de sus clientes.

Otras complicaciones relacionadas con los piercings son los desgarros accidentales, la formación de queloides, las reacciones alérgicas o los traumatismos dentales cuando se realizan en la lengua.

Conclusión

Por todos los riesgos asociados a la práctica de esta profesión, se hace necesario contar con un seguro de responsabilidad civil específico para tatuadores que garantice la máxima protección antes las demandas que puedan interponer los clientes.

De este modo, se resguarda el patrimonio del asegurado frente a reclamaciones por daños o perjuicios a terceros, ocasionados en el desempeño de su actividad profesional. Asimismo, se garantiza la defensa jurídica, la protección legal y la constitución de las fianzas exigidas, si la reclamación deriva en un procedimiento judicial. Entre otras coberturas en dependencia del seguro contratado, cabe hacer mención a aquellas pólizas que cubren la inhabilitación profesional, con una indemnización al asegurado en caso de verse incapacitado para trabajar a causa de una sentencia judicial firme.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *