Zonas del cuerpo donde hay que pensarselo antes de tatuarse.
El cuerpo humano puede ser considerado un lienzo en blanco. En principio, cualquiera de sus partes es susceptible de ser tatuada, pero, existen algunas áreas que pueden ser poco recomendables para ello por diversos motivos.
Por ejemplo, hay zonas del cuerpo donde tatuarse puede resultar extremadamente doloroso. Otras, conviene descartarles por encontrarse demasiado expuestas. Y, desde luego, hay otras partes donde las infecciones o los efectos perniciosos para la salud nos aconsejan descartarlas.
Cuando decidimos hacernos un tatuaje, lo primero en que pensamos es en el diseño. También debemos informarnos sobre el estudio o el artista al que vamos a encomendarle el trabajo. Sin embargo, valorar cuidadosamente la zona del cuerpo donde vamos a plasmar ese tatuaje también es primordial. Hay que considerar si el área es la adecuada en cuanto a tamaño y extensión, pero también si el dolor o la incomodidad que nos va a provocar merece la pena. Por último, conviene hacer caso de la recomendación de los expertos y descartar, desde el principio, zonas delicadas como, por ejemplo, los ojos. (Descubre nuestro artículo sobre
que preguntas hacer al tatuador).
Zonas sensibles donde el tatuaje resulta doloroso.
Cada persona tiene su propio umbral del dolor, así que no conviene generalizar. Pero, sobre todo si eres novato y va a ser tu primera experiencia, es mejor que descartes las áreas más sensibles en
tu primer tatuaje.
Las zonas donde los tatuajes resultan más dolorosos, son aquellas que tienen la piel más fina y delicada: cuello, parte interna de las articulaciones, cabeza, costillas…
Tatuarse también resulta muy doloroso en zonas huesudas con poca molla, como los dedos o los pies. Por cierto, los pies pueden causarnos problemas a la hora de tatuarnos no solo por el dolor, sino también por las cosquillas. Recuerda que, para tatuarse, tu cuerpo debe permanecer inmóvil. Así que, si eres de los que no aguantan bien las cosquillas, descarta zonas como las plantas de los pies.
También hay zonas que, además de dolor, pueden sufrir infecciones importantes durante la cicatrización. Es el caso de los genitales y el interior de la boca.
Te aconsejamos que tengas en cuenta todas estas consideraciones, a la hora de elegir la ubicación perfecta para tu futuro tatuaje.
Zonas demasiado expuestas y visibles.
Una de las principales características de los tatuajes es que son permanentes. Por eso, siempre se recomienda estar muy seguro de la decisión, antes de ejecutarla. Además, si nos hacemos un tatuaje en una zona demasiado visible a nuestros propios ojos, como la cara, podemos llegar a cansarnos de él.
Por otro lado, ten en cuenta que, si optas por tatuarte zonas como la cabeza, la cara o las manos, difícilmente podrás ocultar o disimular el tattoo cuando lo necesites. Por ejemplo, para una entrevista de trabajo. Hay que estar muy seguro, antes de tomar una decisión de este tipo.
Por último, no olvides que nuestros gustos y prioridades van cambiando con el paso del tiempo. Y lo que ahora puede parecerte irrelevante, más tarde puede generarte algún tipo de problemas.
Zonas que pueden afectar a la integridad del tatuaje.
También hay zonas del cuerpo en las que, por diversos motivos, la calidad del tatuaje puede verse afectada con el paso del tiempo. Ya sea por el roce, la fricción, el sudor o la exposición continua al frio o al calor.
Por ejemplo, los pies: los llevamos al aire en verano, pero siempre cubiertos en inviernos. Esto provoca el roce constante de zapatos y calcetines, además de la proliferación de bacterias que pueden perjudicar el proceso de cicatrización.
Por otro lado, las zonas expuestas constantemente al sol, como la cara o las manos, harán que se vaya perdiendo la intensidad del tatuaje. Y, en el caso de las manos, ten en cuenta que aquí también se acumulan durante el día infinidad de bacterias. Sobre todo, bajo las uñas y entre los dedos.

Dicho esto, cualquiera es libre de escoger dónde tatuarse. Lo importante es valorar los pros y los contras de nuestra decisión, para saber siempre a lo que nos enfrentamos. Lo mejor es hablar con el artista que nos va a tatuar y pedirle consejo al respecto. También puede resultar útil comentar nuestra idea con personas que ya se hayan tatuado esa zona concreta, para que nos cuenten su experiencia.
Y tú, ¿te has hecho algún tatuaje en alguna zona especialmente dolorosa o delicada?